La mejor valoración
Por sincorrupcion344, 30 de julio de 2017
La opinión más crítica
Por malapraxis4, 4 de septiembre de 2017
☆ ☆ ☆ ☆ ☆ COLEGIO DE ABOGADOS DE TERRASSA MIRA PARA OTRO LADO
Por sincorrupcion344, 31 de julio de 2017
Un divorcio de mutuo acuerdo acaba en una demanda contra el abogado
27/07/2017 6 Comentarios 2210
Son pocos los asuntos que se le pueden encargar a un abogado que resulten tan fáciles de...
ver más
Un divorcio de mutuo acuerdo acaba en una demanda contra el abogado
27/07/2017 6 Comentarios 2210
Son pocos los asuntos que se le pueden encargar a un abogado que resulten tan fáciles de realizar como un divorcio de mutuo acuerdo. Y si los cónyuges no tienen nada que reclamarse, todavía...
Un divorcio de mutuo acuerdo acaba en una demanda contra el abogado
27/07/2017 6 Comentarios 2210
Son pocos los asuntos que se le pueden encargar a un abogado que resulten tan fáciles de realizar como un divorcio de mutuo acuerdo. Y si los cónyuges no tienen nada que reclamarse, todavía resulta más sencillo. Y si las partes están dispuestas a ratificarlo lo antes posible en el juzgado, podría decirse que el proceso es “coser y cantar” para los profesionales que intervienen en él. Esa es, al menos la teoría. En la práctica, sin embargo, no siempre ocurre así.
Pablo Gallardo.
En el caso de Pablo Gallardo, vecino de Terrassa (Barcelona), que se divorció de su esposa en el año 2015 de mutuo acuerdo, un encargo tan sencillo ha derivado en una demanda por presunta mala praxis contra Lluís Calsina Salavert, el abogado que intervino en el caso: en el último momento, dos días antes de que el convenio fuese ratificado en el juzgado, éste le comunicó por correo electrónico que no lo consideraba su cliente y que sólo defendía a la mujer. “Y finalmente –explica el hombre–, el día de la ratificación hizo lo que había dicho: ni me asistió como cliente, ni me asesoró en nada. Por no hacer, ni se sentó cerca de mí”.
REPARTO DE GASTOS Y CRUCE DE CORREOS
Pablo Gallardo asegura que no ha entendido nunca la actitud que el abogado ha mantenido hacia él. Sin abandonar su extrañeza a pesar del tiempo que ha transcurrido, ha explicado a ivalles.cat que la pareja decidió repartirse a medias los gastos que pudiera conllevar el divorcio y que a la esposa le correspondió la minuta del letrado. “Yo pagué muchas otras cosas, acordamos que la liquidación fuese así”, apunta. Según el relato del hombre, la mujer le puso como condición expresa que el profesional que les llevase el caso fuese Lluís Calsina Salavert, con despacho en Cerdanyola del Vallès, para que el procedimiento resultase amistoso, a lo cual él accedió.
La relación entre Gallardo y Calsina nunca fue fácil, y no estuvo exenta de alguna que otra tirantez. Pero el desencuentro final entre ambos estalló pocos días antes de la ratificación del convenio de mutuo acuerdo en el juzgado. El 16 de junio de 2015, el cliente envió un correo electrónico al abogado manifestando su desagrado por el modo en que se venían desarrollando algunos aspectos relacionados con el divorcio, y muy especialmente con la actitud que el letrado parecía mantener hacia él en correos anteriores. El hombre se dirigió en estos términos a su representante legal: “Le envío este email para expresarle mi más profundo desagrado por la forma en la que, por dos veces, usted se ha dirigido a mí, diciendo textualmente que “temía que yo pudiera meterle un gol”. Desconozco con qué tipo de personas está usted habituado a tratar, pero considero que no es ese el tono adecuado que debe utilizar un abogado para tratar con cualquier persona y, menos todavía, para tratar a un cliente. Le recuerdo que yo también soy su cliente y, como tal, debo ser tratado con educación”.
El correo electrónico de Gallardo sigue diciendo: “Desde el primer momento fue patente su interés en que el procedimiento de divorcio de mutuo acuerdo en el que soy parte se tramitara por vía contenciosa. Francamente, parece que lo que busca conseguir con esa actitud provocadora, es que el mutuo acuerdo termine derivando en un proceso contencioso. Desde luego, ese tipo de actuación no es nada profesional”. Y finaliza así: “Por todo ello creo que, a la vista de lo expuesto, merezco una disculpa formal por escrito antes del viernes día 19.06.2015 por su parte, pues no voy a seguir tolerando esa actitud. De lo contrario, ya le aviso que me veré obligado a presentar una queja contra usted en el Colegio de Abogados”.
“Debo recordarle que usted no es mi cliente,
es su esposa, que es quien contrató mis servicios
y quien abona mis honorarios”.
Facsímil del correo que envió el abogado. (Para ampliar la imagen, clicar sobre ella).
El 17 de junio, sólo dos días antes de realizar el trámite de ratificación en el juzgado, Calsina respondió a Gallardo en términos de altivez y desafío: “Acuso recibo de su correo de fecha 16 de junio de 2015 y, por medio del presente, le hago saber, en primer lugar, que yo a usted jamás le he faltado al respeto. En segundo lugar, debo recordarle que usted no es mi cliente, es su esposa, que es quien contrató mis servicios y quien abona mis honorarios; usted se limitó a firmar un convenio regulador de divorcio, cuyo efecto único es precisamente el divorcio, con lo cual usted es muy libre de proceder a ratificarlo el próximo día 19 de junio o no hacerlo”.
El abogado continúa: “En tercer lugar, yo no tengo ningún interés especial en convertir este procedimiento en un tema contencioso. Mi único interés en este pleito, como en todos los que tramito, es el de defender los intereses de mi cliente. En cuarto y último lugar, aquí quien merece una disculpa por su parte soy yo, pues no es la primera vez que recibo descalificaciones y amenazas. En consecuencia de lo anterior, proceda usted como crea por conveniente, pues también lo haré yo si procediera”.
UNA SITUACIÓN TIRANTE
El día de la ratificación del convenio regulador, que tuvo lugar el 19 de junio de 2015, Gallardo se personó en el juzgado sin saber muy bien a qué se iba a tener que enfrentar. Por ese motivo fue acompañado de una testigo. Y la situación que se vivió allí, según explica, fue de lo más tirante.
“Yo vengo por la otra parte,
este señor no es mi cliente”.
El hombre recuerda que, en la oficina judicial, el letrado informó a viva voz a la funcionaria, “y delante de todos” que no le defendía a él. “Cuando dijo que yo no era su cliente, me quedé callado porque lo que me interesaba era firmar. Previamente lo consulté con dos abogados y me aconsejaron que firmara y después me quejara al Colegio de Abogados, y eso es lo que hice, pero el Colegio de Abogados ha mirado para otro lado. Si yo llego a saber esto cuando él dijo “Yo vengo por la otra parte, este señor no es mi cliente”, no hubiese firmado y se hubiese armado un follón”, explica.
Aun así, el hombre firmó todos los documentos que le pusieron delante en el juzgado, desde los poderes que acreditaban a Calsina como abogado suyo hasta la ratificación del convenio de mutuo acuerdo. Según recuerda ahora, el letrado, siendo coherente con el contenido de su correo electrónico en el que le aseguraba que él no era su cliente, se limitó a otorgar el apud acta en nombre de la esposa y se marchó del juzgado, “despreocupándose desde ese momento y hasta el final” de lo que sucediera con Gallardo. “Los funcionarios del juzgado tuvieron que llamarle para que regresara con el original del convenio que yo debía ratificar ante el juez, ya que tenía tanta prisa por marcharse una vez hecho su trámite, que se llevó consigo, por error, el convenio regulador original firmado por los dos cónyuges. Y de todo esto fue perfecto testigo el procurador”, añade.
EL ABOGADO SE DEFIENDE DE LA DEMANDA
Esta atípica situación dio pie a que Gallardo presentara varias quejas en el Colegio de Abogados de Terrassa (que dos años después todavía siguen sin respuesta y sin resolución) y una demanda de juicio oral en la que le reclama al abogado el pago de 1.203,48 euros, que ha sido admitida a trámite y cuya vista está pendiente de celebrarse.
En su escrito de defensa, el abogado empieza diciendo
que los hechos denunciados han prescrito.
En el escrito de respuesta que el abogado ha presentado en el juzgado, alega que los hechos denunciados han prescrito y que Gallardo ha presentado la demanda fuera del plazo “de una anualidad”; es decir, que el hombre debería haber actuado legalmente dentro del año siguiente a haber tenido conocimiento de las presuntas irregularidades. O lo que es lo mismo: si se sintió desasistido en el acto de ratificación celebrado el 19 de junio de 2015, debería haber demandado antes del 19 de junio de 2016. En opinión del letrado, es por este motivo que no procede ninguna reclamación de responsabilidad por daños y perjuicios.
En su escrito remitido al juzgado, el abogado contradice la versión de los hechos facilitada por el demandante. “Cabe poner de manifiesto que este letrado en ocasión alguna ha presentado (ni presentó) ningún escrito frente al Juzgado de instrucción número 6 de Terrassa (…) por medio del cual se comunicara la renuncia a la defensa de los intereses del señor Gallardo y mucho menos que este quedara desasistido tal y como pretende hacer creer”. “El señor Gallardo –continúa el documento– estuvo en todo momento representado por procurador y asistido por este letrado, tal y como establece la ley procesal, pues de otro modo no se hubiera llevado a cabo ni la designa ni la ratificación en presencia judicial”.
JUICIOS DE VALOR CONTRA EL CLIENTE
El denunciante asegura estar dispuesto a llegar hasta el final.
Más allá de argumentos legales, el abogado se permite en su escrito la licencia de emitir juicios de valor subjetivos sobre su cliente. “El señor Gallardo no es una persona de trato fácil y entiendo que llevara mal la situación de divorcio. (…)”. Y finaliza: “A pesar de las divergencias y falta de tacto mostrada por él, ambos [cónyuges] estuvieron amparados por esta dirección letrada en la totalidad de las diligencia judiciales, tanto desde el inicio de las conversaciones para la elaboración del convenio regulador en mi despacho, como frente al trámite de presentación de la demanda y posterior ratificación del convenio en sede judicial”.
En su escrito, el abogado también intenta dar de Gallardo una imagen de desidia y despreocupación por lo que respecta a la elaboración del convenio de mutuo acuerdo. En este sentido, se lamenta de que el hombre sólo acudiera una vez a su despacho para recoger el documento final, de ahí su alusión en el polémico correo electrónico a que fuese la esposa quien contrató sus servicios. El propio afectado explica que, debido a su actividad profesional, que le obliga a viajar constantemente por toda España, no pudo asistir personalmente a las reuniones que se convocaron, aunque eso no le impidió estar informado en todo momento. “No es como él dice, porque hablamos un par de veces por teléfono y siempre estuvimos en contacto por correo electrónico”, apunta el hombre.
El demandante no descarta que el tema
acabe llegando a la Audiencia Provincial de Barcelona.
Asistido o no en el acto de ratificación del convenio de mutuo acuerdo, Gallardo recuerda ahora que ni el abogado ni el procurador que actuaron en el procedimiento le facilitaron en su momento la sentencia final. Tuvo que contratar los servicios de otros profesionales para poder tenerla. La sentencia de divorcio tiene fecha de 2 de septiembre de 2015, pero los efectos de aquel expediente todavía colean. Tanto es así, que Gallardo no descarta que el tema acabe llegando a la Audiencia Provincial de Barcelona.
ver más